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Presa de Tirajana y palmeral de La Sorrueda

Un paisaje para los sentidos

La Presa de Tirajana y el Palmeral de La Sorrueda, en las medianías del sureste de Gran Canaria, entre los municipios de Santa Lucia y San Bartolomé de Tirajana, conforman un referente paisajístico insular y un singular espacio de enorme interés geomorfológico, natural, patrimonial, etnográfico y cultural.

Incluido parcialmente en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, es un hábitat perfecto para muchas especies y un excelente observatorio de la vida silvestre.

Cuida este entorno y coopera para su conservación

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LA CALDERA Y EL BARRANCO DE TIRAJANA

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LAS TIRAJANAS, topónimo aborigen de la comarca, abarca la gran caldera de erosión que desde la cumbre central de la isla se abre al sudeste por el profundo barranco de Tirajana, socavado por la acción de las aguas durante miles de años.   

Los riscos de la impresionante caldera, sobre los que destaca el pitón fonolítico de Risco Blanco, están declarados Monumento Natural.

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La presa de Tirajana, a los pies del Macizo de Amurga y a 355 m.s.n.m., embalsa las escorrentías de las ocasionales lluvias que desagua el barranco de Tirajana. Sus aguas, de las que son beneficiarias desde 1617 las Heredades de Aguas de la Acequia Alta de Sardina del Sur y Aldea Blanca, son utilizadas por sus herederos para el riego de fincas agrícolas en el tramo bajo del barranco. 

 

LA PRESA DE TIRAJANA

 

La presa de Tirajana, a los pies del Macizo de Amurga y a 355 m.s.n.m., embalsa las escorrentías de las ocasionales lluvias que desagua el barranco de Tirajana. Sus aguas, de las que son beneficiarias desde 1617 las Heredades de Aguas de la Acequia Alta de Sardina del Sur y Aldea Blanca, son utilizadas por sus herederos para el riego de fincas agrícolas en el tramo bajo del barranco. 

 

El embalse, singular obra de ingeniería hidráulica construida entre 1966 y 1974, con materiales sueltos y núcleo de arcilla, ocupa una superficie de 18 Has y su capacidad es de 3,1 Hm3. Con una  altura de 74 metros sobre cimientos y 44 metros sobre el cauce, su coronación tiene una longitud de 160 metros. Se singulariza además, por su aliviadero y la belleza de su policromada escollera de roca natural.

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EL PALMERAL DE LA SORRUEDA

 

Es una de las mejores muestras de palmeral silvestre canario del archipiélago, por su belleza y densidad, con unos 2.500 ejemplares, siendo merecedor de protección como Hábitat de Interés Comunitario de la Red Natura.

La palmera canaria, Phoenix canariensis, símbolo vegetal de Canarias, además de un valioso recurso por sus diversos aprovechamientos tradicionales, es el endemísmo botánico canario más reconocido internacionalmente, conocida como “la princesa de las palmeras” por su alto valor ornamental.

FLORA

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La vegetación, además de los palmerales, la conforma un variado elenco de especies de ambiente termófilo.

Junto a una interesante flora silvestre podemos encontrar antiguos olivos, algarroberos, pitas y tuneras, vestigios de aprovechamientos agrícolas, así como nuevas especies ornamentales, mayormente canarias, que se han venido incorporando a las áreas de jardinería.

  1. Tanacetum ferulaceum

  2. Solanum lidii

  3. Acebuche

  4. Cornical

  5. Malva de risco

  6. Drago

  7. Salvia canariensis

  8. Tajinaste Echium decaisnei

  9. Palo de sangre

FAUNA

Relevante resulta la riqueza de la avifauna, tanto por las especies asociadas al ecosistema del palmeral silvestre, como por el hábitat que representa el embalse como humedal.

  1. canario del monte

  2. palmero

  3. capirote

  4. hornero

  5. herrerillo

  6. alpispa

  7. aguililla

  8. cernícalo común

En el entorno de la Presa:

  1. garzas

  2. focha

  3. polla de agua.

  4. murciélago,

  5. erizo,

  6. perinquén

  7. lagarto

  8. Invertebrados

HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA

 

En toda la comarca perviven abundantes vestigios de la época aborigen. La Fortaleza, importante yacimiento arqueológico que cuenta con un moderno Centro de Interpretación,  a escasa distancia de este lugar, es visita recomendada.

PAISAJE Y PAISANAJE EN ARMONÍA​

 

El paisaje de Tirajana no se entiende sin su vinculación con el ser humano que lo puebla, una población rural que ha sabido convivir en una relación de amor y respeto con su medio.

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